No gain, no pain
Estoy sentada en el bar chiquito que está en Pavón. Estoy con un amigo, vamos a almorzar. Mientras fumamos esperando la comida entra un chico todo cagado de frío. Se sienta a dos mesas de distancia. Está solo. Se escucha que apaga el celular y saca un cuaderno de la mochila. Se toca la barba, mira hacia fuera. Se toca la cabeza. Busca algo en los bolsillos, encendedor, abre la mochila, tabaco Amsterdamer, seguro por el olor a vainilla. Arma. Se acerca el mozo. Le pide una Stella Artois. Se truena los huesos del cuello. Empieza a escribir. No puedo soportar la ganas de saber qué esta escribiendo. Pienso en acercarme y preguntarle. Le señalo a mi amigo mi descubrimiento. Le señalo también mis intenciones de acercarme. Me anima a hacerlo. Me paro. Camino. Me acerco a la mesa. Él no se da cuenta. Escucho el plato que se pone sobre nuestra mesa y no puedo, me doy vuelta. ¿Perdí al amor de mi vida?
5 Susurraron:
¿No te animaste porque te trajeron el plato? No me digas eso, Melibé...
Ja, ahora que lo pienso ¿será que me tentó más la comida? Definitivamente entonces, NO era el amor de mi vida.
amiga: me intrigó la combinación Stella Artois y tabaco para armar. un poco contradictoria?
¿Es? Es una de las cervezas que más me gustan y yo fumo cigarro armado y pipa. Entonces, Piaget estaba equivocado cuando decís "Es posible todo aquello que no es contradictorio"
Fé de errata: *cuando decía.
Publicar un comentario
<< Vuelta a casa